Cuando tienes un peque y te planteas tener otro piensas cosas como, no será tan complicado, será doble trabajo, doble esfuerzo y sacrificio. Una vez te quedas embarazada y hablas con mamás que ya tienen dos te explican que el doble, no!! El triple o MÁS! Y entonces te empiezas a poner algo nerviosa, aún así, como estás con la ilusión del nuevo miembro de la familia ni te planteas el resto. Ya llegará, piensas!
Lo que sí se te pasa por la cabeza es si podrás quererle tanto, porque el amor que se siente hacia un hij@ es tan grande que parece imposible poder querer a otro ser de la misma manera. Y sólo lo descubres el día que nace y que al verle la cara y tocarlo por primera vez, sientes que tu pecho se hace más grande que un corazón nace dentro de ti y se sitúa al lado del corazón que ya tenías, del cual Leyre ocupaba todo el. Y ahí nace ese corazón igual de grande y perfecto con el nombre de Unai. Y tu familia se completa, aquí tenéis nuestra primera Selfie de los cuatro.
De repente, pasáis de ser 3 a ser 4, tres son multitud pero cuatro son la leche!! Porque es cierto lo que dicen, los segundos son supervivientes. Con Leyre controlábamos absolutamente todo, horas de las Tomás, a la mínima que se quejaba allí estábamos, su bañito diario junto con su masajito. Pero Unai....
Ayyy Unai!! Que se queja y estas liada con la otra le hablas para calmarle pero... No corres a cogerlo. Ya se calmará, piensas, porque no tiene hambre y esta limpito, así que puede esperar 2 minutitos. Llega la hora del baño y Leyre ha de bañarse cada día, va a la guarde y es necesario. Y recuerdas los días de bebe de Leyre, cuando se hacían baños relajantes y diarios.Con Unai han llegado a pasar 2 días y lo miras y dices, bueno tampoco suda ni corre. Puede aguantar un día más. Es cuando llega el tercer día y nos miramos, David y yo, y decimos esto no puede ser, Unai ha de bañarse sí o sí. Y es que ya tenían razón ya, no es doble trabajo....no se exactamente que es lo que pasa, pero se te complican las tardes que da gusto.
Y que decir de las mañanas, entre el bibi de Leyre, la toma de pecho de Unai, vestir a una y al otro....bluff!! Una hora agotadora que se soluciona fácilmente. Cambiamos pañal a Unai, lo dejamos en pijama y le ponemos un buzo encima y arreando. Atrás quedan esos días en los que no salías de casa sin que tu bebe estuviese perfectamente conjuntada, bien peinada y con los complementos que conjunten con el modelito. Ahora directamente cojo del armario lo que más abrigue y casi sin lavarle la cara, o incluso durmiendo, cojo al peque en volandas lo meto en el coche y para la guarde. Lo que yo os diga....unos puros supervivientes.
Hay momentos en los cuales llegas a sentirte un poco culpable por no poder hacer todo aquello que hacías, ya que es totalmente imposible hacerlo, necesitaría unas 30 horas al día. Pero luego los miro a los dos y miro su compenetración, como Unai reconoce a su hermana y como se ríe con apenas decirle hola y te das cuenta que no necesita estar perfecto, sólo necesita estar con su familia que tanto lo adora. Y vuelves a darte cuenta que tener un hermanito para Leyre es lo mejor que has podido hacer.
Aquí os dejo una foto del día que se conocieron.
Espero que paséis una feliz semana!!! Y recordar......
......Sonríe, besa, comparte, ama y disfruta de los CORAZONES DE PIRULETA.
Con mucho LOVE
Laura
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